Pene y cristianismo

Pene y cristianismo. Nos toca en suerte hablar de cómo asumía ciertas actitudes la sociedad occidental frente a su majestad, el pene.Pero intentemos abordarlo, dándo un pequeño rodeo.

Veamos inicialmente cómo se representaba inconográficamente las caricias o toques en las partes altas, es decir los contactos «puros» entre los dos sexos, de acuerdo con la tradición pictórica. Ni se crea que esto es invención post- cristiana. A esta clase de gestos o posturas, se les llamó, mamola, que generalmente consistía en le toque tierno por parte de un varón, de la barbilla de una mujer (casi nunca al contrario).

Desde el antiguo Egipto se observa cómo Ramsés III le hace una mamola a su acompañante; o cómo Teseo, rey de Atenas, toca la barbilla de Ariadna. Durante la edad media y el renacimiento esto fue frecuente; los pintores de la virgen y el niño ponían al infante acariciando la mandíbula de su madre; luego, con el romanticismo, esta costumbre se perdió. Luego era frecuente el toque de la cara ajena para agredir y ofender.

Pero durante el renacimiento se hizo normal observar pinturas de grandes artistas pintando cómo le era tocado el pene o los genitales de Jesús (bien fuera niño o adulto) por parte de su madre o aún por cuenta de él mismo.Ejemplos de esta aseveración son: La virgen entronizada con el niño (del taller del Giotto); en La sagrada Familia de Lorenzo Lotto, no se los toca sino que los agarra, como sucede en el cuadro pintado por El Veronés, presentación de la familia Cuccini a la virgen (1571); en la Madona di Candelabri de Boticelli; la sacra conversazione de la Escuela de Mantegna; etc. Pero hay otros cuadros o pinturas donde se ve a jesús jugando con su pene o acariciándolo plácidamente:Adoración de los magos (Escuela de Brujas, siglo xv); la sagrada familia con Santa bárbara y San Juan Niño de El Veronés; etc.

Pero eso no es todo; algunos artistas plasmaron el cristo yacente tocando sus genitales sin rubores: David Kindt, Lamentación (1631), Miniatura de las pequeñas horas de Jean de Berry, en la que una mujer próxima a Jesús, toca la mano de Jesús con la que a su vez coge su pene. La escultura denominada Piedad, que data de 1490, muestra a un cristo yaciente en las piernas de María, tomando sus genitales con una mano, mientras la virgen toca esa misma mano. Y los ejemplos proliferan.
Deduzco, que pese a las prohibiciones eclesiásticas y a las inquisiciones, si estas obras superaron la prueba del tiempo, posiblemente sean conformes a los textos sagrados o por lo menos al cristianismo imperante en su entorno.Tal vez no reflejen caricias descaradas sino tan solo señalen la importancia del miembro viril en la historia cristiana o mejor aún, del pene del sujeto hecho dios, de tal forma que siguiere siendo humano y fuente de vida quizás.

Ver también: Pene y judaismoPene y taoismo

Pene y Judaísmo

Pene y judaísmo, un tema serio, algo fortuito dentro de las lecturas de un curioso blogger cuando se enfrentaba en los pasajes del Antiguo testamento a los juramentos entre los patriarcas.

Los juramentos eran algo sagrado, tanto es así que lo hacían poniendo la mano «debajo del muslo» (véase génesis 24:1-4, 47:29 y así sucesivamente). Dicen los pies de página de las biblias católicas que esto se hacía para dar firmeza inquebrantable al juramento por el contacto con las partes vitales.¿Partes vitales? Sí, aquellas sin las cuales la vida es imposible; las fuentes de la vida, aquello imprescindible.A nivel anatómico resulta que el hueso sacro es la parte terminal más baja de nuestra columna vertebral, mientras que la región sacra es la región del bajo abdomen, situado entre el sacro y el pubis. Luego la región sugerida como debajo del muslo puede estar entre el perineo y los genitales externos o el pene y los testículos.Luego no es descabellado pensar que los patriarcas juraban cogiendo o al menos tocando el miembro viril de su aliado o socio de juramento, acto que se realizaba entre machos…las damas no podían jurar o sea que no podían tocar o coger las partes sagradas de los hombres a manera de ritual colectivo o de costumbre legal de este pueblo.

En otro ítem donde se le da el cariz de sagrado tanto al pene como a los testículos dentro del judaismo, es en el tema de los eunucos, unos varones castrados, de tal forma que su pene no pudiera cumplir su labor biológica de reproducción y pudieran cuidar su harén o grupo de mujeres sin temor a embarazos indeseados.
La palabra eunuco proviene del griego euné = lecho; ekhein= guardar.O sea que los eunucos guardaban el lecho de las mujeres de los demás.Hemos de inferir que los pobres eunucos, al ver pordebajeada su hombría y virilidad, debían ser muy mansos y dóciles.

Según Deuteronomio 23:1, los eunucos no podían ingresar al lugar sagrado. En ciertas versiones se alude a eunuco como quien es castrado , tiene el pene mutilado o los testículos aplastados. luego alguien con el pene curvado o lastimado podía ser marginado de las ceremonias litúrgicas tan trascendentales dentro de estos pueblos.Luego debía existir una autoridad competente que determinara quién tenía estos defecticos que le impedirían «ejercer» sus oficios religiosos. Lo que me hace rascar la cabeza y la barbilla, es que las incurvaciones o desviaciones del pene solo se pueden apreciar con el miembro viril erecto.

Ver también:Qué es el falo;Pene pequeño qué es

Adicciones sexuales

Las adicciones sexuales están muy de moda con lo del escándalo de Tiger Woods aunque a mí me ronda la cabeza desde que Michael Douglas se confesó adicto al sexo.Sabía de personas hipersexuales, es decir de personas con una libido extraordinariamente intensa e incontrolable ,aunque rara vez conseguían algo más que una gratificación pasajera, pese a los muchos contactos sexuales, literalmente eran insaciables según los manuales de texto.

A las mujeres que encajan dentro de este patrón de hipersexualidad se les dice ninfómanas y a los hombres satiriasis o donjuanismo.Rasgos comunes de los seres hipersexuales: tienen actividad sexual permanente, tanto que interfiere con otros quehaceres habituales; su sexualidad es impersonal y carente de intimidad sentimental; habiendo muchos orgasmos, no se sienten plenos.

Sigamos razonando en esto de las adicciones sexuales. No todos los expertos sexólogos del mundo se ponen de acuerdo en esta terminología.Pero quienes creen que sí hay adictos sexuales, dicen que se aplica a aquellas personas cuyo comportamiento sexual compulsivo es adictivo, es decir que los maneja, que pierden el control, que dejan de actuar en otras esferas productivas y necesarias. Los pacientes de adicciones sexuales, lo son por los altos niveles de intoxicación placentera, incomparable dentro de sus vidas…de esa manera se dopan frente a la ansiedad o la tristeza, ante el estrés de la vida diaria. Y como los borrachitos, prometen dejarlo y…no lo consiguen.

Resulta llamativo que en esto de las adicciones sexuales, generalmente se trate de hombres, subyugados por las parafilias (todas o muchas de ellas), la promiscuidad, la masturbación compulsiva, la violación, el incesto y extremos sexuales de ese índole.
Pero las adicciones sexuales en el caso de las mujeres, generalmente se da, teniendo sexo y encuentros sexuales con extraños; de esta forma la mujer se siente poderosa con su conquista sexual y le huye a su miseria cotidiana.

Podríamos entonces concluir que son adicciones sexuales porque se vuelven comportamientos compulsivos y se es indiferente a sus consecuencias. No por equiparar sexo y amor seremos felices, no por mucho placer seremos amados necesariamente.

La adicción al sexo es tan preocupante que la OMS planea a partir del 2014 considerar la adicción sexual como una enfermedad mental; la Sociedad Americana de Psiquiatría lo hizo en 2011.

No imagino a mis amigos que se confiesan esclavos de las adicciones sexuales en una organización del tipo alcohólicos anónimos (aunque se que en Estados Unidos hay instituciones como Sexholics anonymus, sex and love addicts anonymus y así sucesivamente).
Las terapias de los centros de rehabilitación para las adicciones sexuales enfatizan en las alternativas, diferentes del sexo, para enfrentar el estrés o la ansiedad; en las capacidades sociales del individuo y en temas semejantes.
Personalmente puedo ser muy fogoso en la intimidad con mi pareja sexual estable y me gustan mucho las mujeres bonitas y atractivas. De ahí a ser un juguete de las adicciones sexuales, creo que hay mucho trecho.

Leer también: sexo y tao, pene pequeño, Sexualidad y ascetismo
Ediciones 2010-14