Vida después de la muerte para los chinos

Vida después de la muerte para los chinos. Para muchos chinos, la muerte es solo un paso y la vida es un viaje desde el útero de la madre hasta la tumba. Por lo tanto, nunca buscan escapar de este proceso natural.

La cultura china ha sido profundamente influenciada por varias oleadas de pensamiento religioso y filosófico.

Taoísmo, confucianismo o religión budista

Pensamiento taoísta

Según los taoístas, Lao Zi (su fundador) percibía la vida como un fenómeno natural que no debía sobreestimarse y la muerte debía temerse. Para los taoístas, tener una vida larga sin buscar preservarla era el objetivo más alto. Los materialistas ricos que intentaron preservar sus vidas por todos los medios a su alcance fueron duramente criticados.

Para los taoístas, la sabiduría es vivir una vida sana, libre de preocupaciones y preocupaciones. La muerte es temida y vista como una consecuencia desafortunada de una vida sobreprotegida y sobrevalorada.

En cuanto a la vida después de la muerte, el pensamiento taoísta acepta la idea de un «cielo» para los sabios que se han alineado perfectamente con el mundo natural. Aquellos que no han vivido a la perfección o que han vivido fuera del equilibrio natural, han muerto prematuramente y se han convertido en fantasmas errantes y hambrientos en la tierra.

El pensamiento taoísta alentaría una actitud pasiva y desesperada ante la perspectiva de lo que aguarda después de la muerte. Sin embargo, este pensamiento también podría desencadenar un esfuerzo y trabajo redoblados para vivir la vida al máximo, de modo que pueda ingresar al reino de los sabios y no convertirse en un fantasma errante.

Pensamiento confuciano

En el pensamiento confuciano, se desvanece la más mínima alusión al más allá o al más allá. De hecho, para su fundador Confucio, era más importante centrarse más en la vida práctica. Animó a las personas a adquirir los conocimientos necesarios para tener una buena calidad de vida, relaciones saludables y mantener el orden y el equilibrio.

Confucio no cuestiona los espíritus, los fantasmas o la existencia de un «Cielo», pero pone más énfasis en las relaciones entre los muertos y los vivos. Así, entre los seguidores del confucianismo, encontramos un culto ilimitado ya menudo excesivo a los antepasados ​​fallecidos. Por lo tanto, el duelo es generalmente excesivo y extravagante. La lealtad de los niños a sus padres, por tanto, serviría para perpetuar la memoria de los familiares fallecidos al mantener una comunicación rutinaria con ellos. Por eso les hacemos ofrendas para pedirles protección y bendición.

Pensamiento budista

De todas las religiones presentes en China, el budismo es sin duda la que más influye en la opinión general sobre la vida después de la muerte. En la religión budista, la muerte es solo un paso obligatorio hacia el renacimiento. De hecho, los monjes creen en la reencarnación. Por lo tanto, el objetivo de todos los practicantes de esta religión es alcanzar la iluminación.

De hecho, este último es la garantía de renacer en uno de los mundos superiores. Habrá que trabajar en el mal karma en lo que se llama Diyu. Tenga cuidado, este no es un lugar de sufrimiento eterno, sino simplemente un lugar donde el karma necesita mejorar, ya sea mediante el castigo o mediante el desarrollo personal.

Según la creencia budista, la reencarnación no es inmediata. Durante unos días después de la muerte, el difunto es un «muérdago» (fantasma). Esto explica por qué se sabía que varios monjes budistas cazaban espectros que se cree son responsables de ahogamientos, accidentes o suicidios. Contrariamente a la idea confuciana de fortalecer la comunicación con los espíritus de los difuntos, el pensamiento budista invoca la necesidad de no estar cerca de ellos porque son perjudiciales para la salud humana.

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Mitos

En la cultura china, muchos mitos y leyendas dan explicaciones más o menos vagas sobre la cuestión del más allá. En el norte de China, se cree que el alma de cada ser vivo está formada por dos partes distintas (Yin o tierra y Yang o energía). Después de la muerte, estas 2 almas se separan para que el «hum» o el alma Yang vaya al Cielo, mientras que el «po» o el alma Yin permanece con el cuerpo en la tierra.

En la tradición china, un gran número de personas basan su creencia en la existencia de un lugar magnífico donde residen los dioses. También hay otro lugar donde las almas deambulan pero no hay ningún escrito que especifique si este lugar se considera una recompensa o un castigo.

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