Testiculos que son

¿Que son los testículos? De los testículos, esos venerables escuderos del señor pene, solo hasta el siglo XX se viene a saber con exactitud su función en la producción de espermatozoides, en la regulación endocrina y su correlación en la homeostasis hormonal. Antes solo se sospechaba y relacionaba con la función sexual, nada más.

La palabra testículos viene de un término latino para significar testigos; algo así como mirones, acusadores, esos que cuelgan flácidamente.
Algunos términos populares para referirse a los testículos (huevos, guevas, cojones, bolas, canicas, huevamen, pelotas), se les dice compañones, aguates, huevas y hasta semillas. Resulta llamativo que casi todas las alocuciones que se refieren a testículos, aluden a su forma y no a sus connotaciones reproductivas. Pero en fin, tan peyorativo se hace la palabra testículos que se acostumbra llamar guevón o huevón a alguien a quien queremos insultar haciéndole creer que es estúpido o torpe.

Sigamos jugando a la semántica. Tenemos entonces dos connotaciones:
1- ) Testigos de la virilidad.
2- ) Bultos acompañantes.
En ninguna de las dos entradas, los testículos participan de la penetración. Pobrecitos. Me hace recordar un chascarrillo de juventud: “¿En qué se parecen los testículos al cartero?…en que ambos golpean, pero no entran”… (Por favor unas sonrisas, al menos en honor la amistad…gracias).
Sigamos.

Tenemos entonces que biológicamente los testículos (las gónadas del varón) son un par de bolas que suelen albergarse en el escroto; son de aproximadamente el mismo tamaño (aproximadamente 5 cm de largo por dos de grueso y 3 de ancho), aunque un testículo cuelga normalmente un poquito más que el otro, normalmente el izquierdo[1]. Ahora, lo sospechoso médicamente hablando sería una gran diferencia de tamaño, porque siendo así, corra al médico especialista a que lo revise.

Generalmente los testículos descienden del interior del abdomen al saco escrotal durante los primeros meses de vida; de no ocurrir así hay que seguir un tratamiento médico a base de hormonas o recurrir a una intervención quirúrgica correctora.
Los testículos son muy sensibles al tacto o a la presión. Hay hombres que encuentran excitante el roce, la caricia o la opresión suave de los testículos durante el acto sexual, pero muchos se sienten incómodos si les tocan esta parte de los genitales[2].
Como ya dijimos, y ahora ampliamos, los testículos tienen dos funciones bien diferenciadas: producir hormonas y producir espermatozoides. Las células que segregan hormonas-sobre todo la testosterona, que regula el desarrollo sexual masculino y desempeña un papel destacado en el interés de la función sexual-, se denominan células de leyding. La producción de espermatozoides se produce en los tubos seminíferos, unos tubitos estrechamente unidos en espirales microscópicas y que en conjunto miden casi 500 metros de longitud. El proceso global de producción de esperma abarca setenta días. Generalmente esta producción arranca en la pubertad y se cuentan de miles de millones al año. El espermatozoide maduro es, irónicamente más pequeño que el óvulo (unos 0,06 milímetros de longitud y con un volumen miles de veces menor que el óvulo) y solo lo podemos ver por medio de un microscopio. La cabeza contiene material genético (cromosomas) y un corpúsculo contenedor de sustancias químicas (el acrosoma). El cuello y el cuerpo contienen un dispositivo energético que permita que el espermatozoide se desplace moviendo hacia delante y hacia atrás la larga cola.

El autoexamen de testículos.
Muchos varones tendemos a creer que examinarlos los testículos es debilidad (o maricada), pero saben, pude detectar a tiempo un terrible cáncer de testículos, una dolencia que se da sobre todo en hombres de entre los 20 y los 35 años. El autoexamen de testículos consiste en palparse alternativamente un testículo y luego el otro, preferiblemente después de una ducha fría, cuando el escroto se halla distendido y suelto. Es preciso que la mano abarque toda la superficie del testículo; úsese el pulgar y la punta de los restantes dedos para percibir por el simple tacto la existencia de bultos, irregularidades, callosidades o agrandamientos.
El tratamiento del cáncer de testículo ocasiona por lo general esterilidad y los varones suelen experimentar grandes sentimientos de culpa por sus prácticas sexuales anteriores, ya que muchas veces imputan la dolencia –erróneamente, aclaro-, a la masturbación, a una enfermedad de transmisión sexual o a un “abuso” del sexo. A quienes es menester extirpárseles un testículo, muchas veces se sienten “menos hombres” o experimentan miedo a mermar su capacidad o desempeño sexual, lo que redunda en disfunciones eréctiles por razones puramente psicológicas.[3]
Ver también: El faloPene y judaismoPene y cristianismo

[1] Aunque en los zurdos sucede al revés.
[2] En el ciclo de respuesta sexual, durante la llamada fase de excitación sexual de Meseta, la vasoconstricción provoca una hinchazón de los testículos, que en este instante son un 5% más grande que en su estado normal de no estimulación. A medida que la tensión sexual sube y se aproxima el orgasmo, los testículos no sólo continúan elevándose, sino que empiezan a rotar hacia delante. La elevación total de los testículos indica la inminencia del orgasmo. En algunos hombres, sobre todo los que han rebasado los cincuenta años, los testículos se elevan solo un poco restándole presión eyaculatoria.
Así mismo durante la fase de resolución, luego del orgasmo del varón, los testículos se empequeñecen y vuelven al interior del escroto.
[3] Bibliografia consultada.
Acuña Cañar Alonso y Guerrero González Pedro. El honrable miembro. Sexología en la era del Sildenafil (Cambio de palabra para ajustar publicidad). Editorial Grijalbo S.A. Santafé de Bogotá D.C., 1998.
Masters William H & otros. La sexualidad humana 1 Introducción, biología, GRIJALBO, Barcelona 1997.