Sexo y resonancia magnetica

Sexo y resonancia magnetica. ¿Sería usted capaz de hacer el amor o al menos tirar dentro de un escáner de imagen de resonancia magnetica? ¿No? ¿Ni siquiera en aras de la ciencia?
Pues ha habido chifladitos que lo han hecho (no me atrevo a decir que exactamente con sus parejas habituales), de tal forma que los sexólogos puedan ver en vivo los cambios fisiológicos que se suscitan en los organismos implicados. (¡Cuantos ríos de tinta se han sucedido desde cuando Leonardo Da Vinci, que consideraba que el semen bajaba del cerebro por medio de un canal en la columna vertebral! Para no ir más lejos, los gnósticos y yoguis consideran que controlar la eyaculación envía el líquido seminal por la columna vertebral hasta el cerebro…)
Siluetas de color azul, rojo y amarillo (nada de hentai ni de pornografía)…
Resulta que el escaner de imagen de resonancia magnética permitió saber que en la postura del misionero (sí, esa de la mujer acostadita debajo del hombre con las piernas estiradas), el pene toma forma de bumerang; que el útero no duplica su tamaño durante el coito, muy distinto de lo que afirmaban estudiosos y expertos de la talla de Masters y Johnson…¡Cuantas cosas nos permite descubrir la ciencia!¡Si ya hasta fisgonea los duelos de alcoba!