Adicciones sexuales

Las adicciones sexuales están muy de moda con lo del escándalo de Tiger Woods aunque a mí me ronda la cabeza desde que Michael Douglas se confesó adicto al sexo.Sabía de personas hipersexuales, es decir de personas con una libido extraordinariamente intensa e incontrolable ,aunque rara vez conseguían algo más que una gratificación pasajera, pese a los muchos contactos sexuales, literalmente eran insaciables según los manuales de texto.

A las mujeres que encajan dentro de este patrón de hipersexualidad se les dice ninfómanas y a los hombres satiriasis o donjuanismo.Rasgos comunes de los seres hipersexuales: tienen actividad sexual permanente, tanto que interfiere con otros quehaceres habituales; su sexualidad es impersonal y carente de intimidad sentimental; habiendo muchos orgasmos, no se sienten plenos.

Sigamos razonando en esto de las adicciones sexuales. No todos los expertos sexólogos del mundo se ponen de acuerdo en esta terminología.Pero quienes creen que sí hay adictos sexuales, dicen que se aplica a aquellas personas cuyo comportamiento sexual compulsivo es adictivo, es decir que los maneja, que pierden el control, que dejan de actuar en otras esferas productivas y necesarias. Los pacientes de adicciones sexuales, lo son por los altos niveles de intoxicación placentera, incomparable dentro de sus vidas…de esa manera se dopan frente a la ansiedad o la tristeza, ante el estrés de la vida diaria. Y como los borrachitos, prometen dejarlo y…no lo consiguen.

Resulta llamativo que en esto de las adicciones sexuales, generalmente se trate de hombres, subyugados por las parafilias (todas o muchas de ellas), la promiscuidad, la masturbación compulsiva, la violación, el incesto y extremos sexuales de ese índole.
Pero las adicciones sexuales en el caso de las mujeres, generalmente se da, teniendo sexo y encuentros sexuales con extraños; de esta forma la mujer se siente poderosa con su conquista sexual y le huye a su miseria cotidiana.

Podríamos entonces concluir que son adicciones sexuales porque se vuelven comportamientos compulsivos y se es indiferente a sus consecuencias. No por equiparar sexo y amor seremos felices, no por mucho placer seremos amados necesariamente.

La adicción al sexo es tan preocupante que la OMS planea a partir del 2014 considerar la adicción sexual como una enfermedad mental; la Sociedad Americana de Psiquiatría lo hizo en 2011.

No imagino a mis amigos que se confiesan esclavos de las adicciones sexuales en una organización del tipo alcohólicos anónimos (aunque se que en Estados Unidos hay instituciones como Sexholics anonymus, sex and love addicts anonymus y así sucesivamente).
Las terapias de los centros de rehabilitación para las adicciones sexuales enfatizan en las alternativas, diferentes del sexo, para enfrentar el estrés o la ansiedad; en las capacidades sociales del individuo y en temas semejantes.
Personalmente puedo ser muy fogoso en la intimidad con mi pareja sexual estable y me gustan mucho las mujeres bonitas y atractivas. De ahí a ser un juguete de las adicciones sexuales, creo que hay mucho trecho.

Leer también: sexo y tao, pene pequeño, Sexualidad y ascetismo
Ediciones 2010-14